Este artista que vive y trabaja en la región de París está habitado por la escultura.

Su otra pasión es el rostro humano, que siempre ha escudriñado y que la obsesiona.

Tras una incursión profesional en las artes gráficas, la publicidad y el urbanismo ...... vuelve a su primer amor: la escultura y sus cabezas que crea en arcilla, resina y bronce, trabajando en serie.

 

No busques retratos suaves o convencionales, las cabezas de AnnMarie son inquietantes, a veces se extienden en un cuello o un embrión de hombro, a veces en un cuerpo.

 

Además son deformes, con miradas de gran fuerza, la artista dice que se ha visto influenciada por Bacon, Daumier, Jérôme Bosch... Es una pasión consumidora enterrada desde hace muchos años.

 

Su manera de hacer su revolución no es cortar las cabezas, sino esculpirlas directamente sin bocetos, de memoria o de la imaginación.

Se trata de un ejercicio de alto vuelo en el que este artista destaca.

 

La serie Totems, su última creación, se ofrece en exclusiva para usted.