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Tiene 30.000 años y está a punto de ser engullida “La Cueva de Cosquer”



Durante el Paleolítico, en plena Edad de Hielo, el nivel del mar era mucho más bajo y el clima de la Provenza se asemejaba al de Islandia. Nuestros antepasados pudieron llegar a esta cueva a pie, ya que el mar Mediterráneo se encontraba entonces 1.500 m por debajo del nivel actual.

Dibujaron, pintaron y grabaron más de doscientas figuras de animales (caballos, bisontes, ciervos megaceros, uros, pingüinos, focas....) algunas representaciones humanas, manos (65 grabados en positivo o negativo) símbolos sexuales y más de doscientos signos no figurativos.


Esta cueva, situada en la cala provenzal de Morgiou, entre Marsella y Cassis, no fue descubierta hasta 1985 por un buceador espeleólogo (Henri Cosquer) durante una exploración al azar. Sólo los especialistas en submarinismo pueden acceder a ella a 37 m de profundidad y tras atravesar un estrecho pasillo de 116 m de profundidad, para descubrir dos salas, en forma de 8, con una superficie total de 2.300 m².

La milagrosa conservación del arte rupestre de la cueva se debe a una combinación de factores demasiado frágiles como para garantizar su preservación en el futuro.

Sometida a una sobrepresión de aire, la cueva ha mantenido hasta hoy una superficie interior inferior a la del mar. Una especie de burbuja milagrosa. Pero las variaciones climáticas que alteran los ciclos de oleaje acaban por afectar a este nivel y amenazan las obras multimilenarias.



La cueva submarina desaparecerá inevitablemente bajo las aguas crecientes del Mediterráneo y sus obras con ella.

"Mostrar lo que ya es inaccesible y está condenado a desaparecer, engullido por la crecida de las aguas": éste era el objetivo de las autoridades culturales y arqueológicas francesas. Para ello, se realizó una reconstrucción completa de la cueva, a escala 0,96, mediante digitalización 3D y fotogrametría.

Durante tres años, numerosos artistas reprodujeron, línea por línea, los gestos y las obras de nuestros antepasados. Basándose en las prospecciones de la cueva prehistórica y en fotos de alta resolución, las manos expertas de los técnicos de los departamentos de Asuntos Culturales y Arqueología han calcado, utilizando ocre rojo, carbón vegetal (pino silvestre) y negro de manganeso, la forma en que lo hacían los cazadores del llamado periodo Gravetiano.


La cueva reconstruida de Cosquer está por fin abierta al público y los visitantes, a bordo de módulos de exploración, pueden admirar los paneles de la cueva reconstruida de forma idéntica: caballos dibujados con carbón, huellas de manos rojas o negras, bisontes grabados. También aparecen los únicos animales marinos representados en un yacimiento paleolítico: pingüinos (el único ejemplo conocido), peces y focas.



Los historiadores están divididos sobre el significado de estas obras. Los prehistoriadores del siglo XIX consideran que el arte rupestre es el testimonio de una simple actividad estética: el hombre prehistórico pintaba exclusivamente por el placer de pintar. En 1903, Salomon Reinach propuso una interpretación sagrada y mágica de estas pinturas: dibujar para poseer. Contempló un rito secreto, una magia de la caza que daría al hombre el poder de dominación sobre el animal en el momento de su descubrimiento y captura. Algunos análisis más recientes prevén que los ritos de fertilidad tengan lugar en cuevas transformadas en santuarios, resguardadas y cerradas.

No se equivoque: a pesar de su antigüedad, el arte rupestre es muy técnico, ¡todo menos improvisado!


Marc Azèma resume el saber hacer del arte rupestre: "Para representar un motivo, ya sea figurativo o abstracto, los artistas paleolíticos utilizaban el grabado, la pintura o la escultura -y en muchos casos combinaban los tres- y aprovechaban las posibilidades que ofrecían la textura y la forma de las paredes y los suelos".

Es de suponer que, en realidad, cualquier acto artístico debe haber requerido cierta preparación:

- buscando el mineral con el color adecuado (manganeso, limonita...)

- luego molerlo para obtener un material "untable"

- posiblemente hacer un cepillo,

- elegir y cortar la piedra adecuada para grabar la roca,

- preparar una luz portátil...



En definitiva, una verdadera "obra", pensada y organizada, que demuestra, si aún fuera necesario, que el arte precedió a la literatura en nuestra Historia, y que nos conmueve aún más por la sinceridad y humanidad que irradia, pues sabemos que desaparecerá.

Para siempre.


Source: The December Art Group


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