SIMONE.

 

A poca distancia del Mediterráneo, en la campiña provenzal, Simone ha hecho durante años de una pequeña cabaña en los viñedos rodeada de olivos, bajo el sol y entre las cigarras, su estudio de pintura.
Junto con las colinas circundantes, son las fuentes esenciales de inspiración para sus cuadros.

La sombra de los clásicos italianos nunca está lejos, pero sus creaciones son modernas, incluso vanguardistas, lo que le da un estilo propio.
Su técnica está hecha de volúmenes; da la impresión de estar modelando. Pinta como si estuviera esculpiendo.

Sus cuadros nos hablan de la vida mineral y seca de ciertos paisajes provenzales, llenos de soledad bajo un sol omnipresente, pero también de la vida intensa de los campos rebosantes de una naturaleza rica en colores.
Sabe perfectamente cómo resituar la eterna autenticidad de los paisajes y las costas provenzales en la sociedad moderna.

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